Descubren nuevos ingredientes de la receta que usaban los egipcios para hacer momias

Desvelando misterios faraónicos

Algunas sustancias procedían de regiones como el sudeste asiático, lo que sugiere que los egipcios habían establecido rutas comerciales

Recreación de una escena de un embalsamiento en una cámara subterránea.

Recreación de una escena de un embalsamiento en una cámara subterránea.

Nikola Nevenov

Un siglo después de que se descubriera la tumba de Tutankamón, se produjo otro hallazgo excepcional en la necrópolis de Saqqara, a unos 30km al sur de El Cairo. Investigadores alemanes y egipcios encontraron un antiguo taller de embalsamamiento de momias. Se trataba del primero -y de momento único- descubierto jamás. En él había 121 vasijas con restos de ungüentos utilizados para preservar los cuerpos y momificarlos. Los recipientes, además, estaban etiquetados con el nombre de las sustancias que contenían e incluían instrucciones sobre cómo usarlos.

Tras analizar muestras obtenidas de 31 de esas vasijas, científicos de las universidades alemanas de Tubinga y de Múnich, junto con el Centro Nacional de Investigación de El Cairo, han podido identificar las recetas precisas, así como nuevos ingredientes, empleadas en el Antiguo Egipto para embalsamar y momificar a sus muertos.

En un trabajo publicado en Nature, los investigadores constatan que los embalsamadores aplicaban combinaciones distintas de esas sustancias, desde resinas a aceites vegetales, grasas animales o fragancias, en función de cada parte del cuerpo. Muchas procedían de regiones alejadas, como el próximo Oriente e incluso el sudeste asiático, lo que sugiere, según los autores del estudio, que los antiguos egipcios ya habían establecido rutas comerciales para abastecerse de los productos que necesitaban para este proceso de preservación.

La necrópolis de Saqqara

La necrópolis de Saqqara

Susanne Beck

“Las vasijas estaban tan bien preservadas que hemos podido averiguar qué sustancias usaban, cómo las mezclaban y cocinaban para obtener el producto final que luego aplicaban”, explicó en rueda de prensa Maxine Rageot, experto en arqueología biomolecular de la Universidad de Múnich y coautor del trabajo.

“Uno de los descubrimientos más sorprendentes -prosiguió Philipp Stockhammer, coautor del estudio- son las resinas tropicales, probablemente procedentes del Sudeste asiático, puesto que eso implica que la industria del embalsamamiento impulsaba rutas comerciales y que los especialistas que trabajaban en los talleres conocían muy bien las sustancias que usaban”.

Lee también

Lo que todavía no sabemos de Tutankamón un siglo después de su hallazgo

Sílvia Colomé
Horizontal

Recetas con instrucciones detalladas

Hasta el momento, el conocimiento que se tenía acerca de cómo los antiguos egipcios preparaban los cuerpos para momificarlos procedía de la literatura antigua y de análisis de muestras tomadas de momias. Y aunque así se habían podido identificar algunas sustancias, no se acababa de comprender bien cómo realizaban este complejo y largo proceso, que podía llegar a durar hasta 70 días.

En este sentido, los investigadores han analizado los residuos químicos presentes en 31 vasijas de las 121 recuperadas de un taller de momificación ubicado en Saqqara y que fue descubierto en 2016, así como cuatro muestras más procedentes de la cámara funeraria.

Vasijas halladas en el taller de momificación en Saqqara

Vasijas halladas en el taller de momificación en Saqqara

M. Abdelghaffar

Las vasijas, de unos 3000 años de antigüedad y datadas de la 26ª Dinastía egipcia, tienen textos inscritos con las instrucciones para usar los ungüentos que contenían, como “poner en la cabeza”, o “vendar con esta sustancia”. También el nombre de los productos. Así, por ejemplo, han identificado hasta tres mezclas distintas a partir de resina de elemí, de pistacho y de enebro o ciprés, así como cera de abejas, que empleaban para embalsamar la cabeza; y otras combinaciones usadas para lavar el cuerpo o suavizar la piel.

“Sorprende el conocimiento químico que tenían”, aseguró Stockhammer. “La piel es uno de los tejidos que antes se corrompe y ellos sabían perfectamente qué tenían que utilizar y empleaban sustancias antifúngicas, antibacterianas y antisépticas para preservarla lo más posible”, añadió.

Lee también

Los vestidos sorprendentemente modernos de las mujeres del antiguo Egipto

Sílvia Colomé
Detalle de la reina Nefertari en su tumba ubicada en el Valle de las Reinas

Rutas comerciales para la momificación

Muchas de las sustancias identificadas, como la resina de pistacho, ya se habían encontrado en estudios previos en muestras de momias. En cambio, han hallado por primera vez restos de damar y de elemí, especies vegetales que solo crecen en entornos tropicales, de ahí que los investigadores apunten al Sudeste asiático. Una hipótesis que para el profesor de química de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y egiptólogo, Javier Giménez es más que plausible, puesto que los egipcios ya habían establecido rutas comerciales para obtener otros materiales. “Desde el año 3000 aC ya importaban desde Afganistán lapislázuli y obsidiana desde Etiopía”, explica a La Vanguardia.

Recreación de una escena de embalsamiento en presencia de un sacerdote egipcio.

Recreación de una escena de embalsamiento en presencia de un sacerdote egipcio.

Nikola Nevenov

También se ha encontrado betún, probablemente procedente del Levante mediterráneo, aunque solo en las muestras de la cámara funeraria, por lo que los investigadores apuntan que podría haberse usado solo durante los ritos finales y no al inicio del embalsamamiento.

Lee también

Descubierta la tumba de una reina en Luxor, perteneciente a la dinastía de Tutankamon

La Vanguardia
Horizontal

Curiosamente, al comparar las mezclas identificadas a partir del análisis biomolecular de residuos con las etiquetas, los investigadores han visto que había traducciones habituales que no eran correctas, como mirra o incienso; en este taller han hallado que los recipientes etiquetados con esta palabra contienen una mezcla de aceites perfumado o de betún con grasas animales.

Solo para la realeza

Este tipo de momificaciones, destaca Giménez, se reservaban para la gran aristocracia egipcia, seguramente faraones y las personas más importantes de la corte. La inmensa mayoría de individuos no se sometían a estos procesos, largos y costosos, sino que “se enterraban en el desierto y la arena ya absorbía el agua, lo que evitaba la aparición de los microorganismos que causan la putrefacción, y llevaba a cabo un proceso de momificación natural”.

Al final, resume el profesor de la UPC, lo que perseguían los egipcios con este proceso era conservar el cuerpo. Creían que al morir, la persona perdía la fuerza vital o Ka y solo podía renacer si esa fuerza vital volvía a unirse al cuerpo. Y para que eso pasara, tenía que reconocerlo, por eso tenía que ser igual a cuando la persona vivía.

Lee también

Cuando Europa descubrió el antiguo Egipto

Josep Playà Maset
Horizontal
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...